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John Locke fue un filósofo británico del siglo XVII que quería que las personas usaran la razón para buscar la verdad en lugar de confiar en las declaraciones de las autoridades que decían cuál es la verdad. Intentó comprender los límites del entendimiento humano con respecto a Dios y la personalidad, y creyó que el entendimiento innato no existía. Así, relacionó la mente, al nacer, con una "pizarra en blanco" o una pizarra en blanco.
La "pizarra en blanco"
En su obra maestra, "Ensayo sobre la comprensión humana", Locke refuta las ideas propuestas por René Descartes de que los seres humanos conocen ciertos conceptos de forma natural. Locke creía que la mente humana era lo que él llamaba una "pizarra en blanco", que en latín significa "hoja de papel". Creía que los niños no saben nada cuando nacen y que todas las ideas que desarrollan los seres humanos provienen de la experiencia.
Sensación y reflejo
Locke creía que había dos tipos de experiencia: externa e interna. Llamó a la experiencia externa "sensación", refiriéndose a la interacción de los seres humanos con los objetos del mundo real, incluidos los colores, movimientos y cantidades de tales objetos. Se refirió a la experiencia interna como "reflexión", refiriéndose a los actos de la mente, como conocer, creer, recordar y dudar.
Sencillez y complejidad
Locke propuso que todas las sensaciones y reflejos caen en las categorías de simple o complejo. Una idea simple es aquella que gira en torno a un elemento, como la blancura. Una idea compleja es aquella que combina varios elementos simples, como una manzana, que contiene los conceptos simples de enrojecimiento, blancura y circularidad.