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Los chiles son pequeños y delgados, y crecen en una variedad de tonos rojos y verdes. Son fáciles de cultivar y suelen producir abundantes cosechas. Estos pimientos son extremadamente picantes y se utilizan en muchos platos asiáticos. Las dos formas más comunes de secarlos son al aire o al horno. Una vez secos, se conservan fácilmente en frascos de vidrio, enteros, en copos o en polvo para su uso en especias en la preparación de alimentos. Los pimientos niña deben almacenarse en recipientes de vidrio herméticos. También se pueden congelar.
Paso 1
Ate los pimientos en una "cuerda" tradicional o en manojos para que se sequen al aire. Ate un trozo de alambre a la parte inferior para evitar que se resbale. Pinche cada pimiento a través de la parte más carnosa, debajo de la tapa del tallo, usando un hilo o una aguja con hilo. Agrega los pimientos hasta que el tallo alcance la longitud deseada.
Paso 2
Cuelgue cada estante individualmente en vigas o perchas en un lugar seco, lejos de la luz solar directa. Alterne la posición cada dos o tres días para asegurar la circulación del aire y la exposición a la luz. Retire los pimientos cuando estén completamente secos, lo que puede llevar de dos a tres semanas, dependiendo de la humedad local.
Paso 3
Enciende el horno a 65º C. Coloca los pimientos en capas simples sobre la bandeja para hornear. Asegúrese de que no se toquen entre sí. Coloque la bandeja para hornear en el horno. Debido a su tamaño, los pimientos deben secarse en 6 horas cuando se utiliza este método.
Paso 4
Retire los pimientos secos de los tallos, comenzando de abajo hacia arriba. Coloque los pimientos secos enteros, al aire o en el horno, en vasos bien cerrados y guárdelos en un lugar fresco y oscuro. También es posible triturar los pimientos secos, dejándolos en copos o en polvo. Almacene estas versiones en contenedores en un armario oscuro o congelador.