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Cocinar y limpiar sartenes de acero inoxidable suele ser fácil, hasta que accidentalmente quema una salsa o deja que algo se cocine durante mucho tiempo. Frotar una capa gruesa de comida quemada puede parecer imposible, especialmente si el residuo es grasoso o pegajoso. Sin embargo, no es necesario deshacerse de las ollas quemadas. Con un poco de paciencia y algunos productos de limpieza básicos, podrás volver a limpiar tu maceta.
Paso 1
Ponga 1 cucharadita de detergente en la sartén y llénela con agua tibia. Remoja la sartén durante 1 hora.
Paso 2
Coloque la olla en la estufa y hierva el agua con jabón. Hierva el agua durante diez a 15 minutos y luego déjela enfriar.
Paso 3
Frote el residuo con una esponja de nailon gruesa. Si no es así, repita los pasos del uno al tres; si es así, continúe con el paso cuatro.
Paso 4
Vierta dos cucharadas de bicarbonato de sodio en el fondo de la sartén.
Paso 5
Vierta 1/2 taza de vinagre sobre el bicarbonato de sodio; te hará espuma. Espere de cinco a diez minutos.
Paso 6
Agregue de cuatro a seis vasos de agua y deje hervir la mezcla. Después de 5 minutos, apaga el fuego y deja que el agua se enfríe.
Paso 7
Frote el resto del residuo con una esponja de nailon.