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El amargor de la lechuga rizada es un problema común entre los jardineros. Es causado por la falta de humedad en el suelo y las altas temperaturas. La lechuga americana se desarrolló para intentar solucionar esta situación, pero terminó perdiendo mucho en sabor y valor nutricional. Por el contrario, la lechuga rizada es una buena fuente de betacaroteno y una fuente moderada de fibra y carbohidratos. Se caracteriza por hojas que crecen más sueltas desde el tallo en lugar de las patas compactas de la variedad americana. Sus hojas pueden ser de color rojo, verde e incluso marrón.
Paso 1
Lave las hojas de lechuga con agua corriente. Colócalos inmediatamente en el cajón de verduras de tu frigorífico. No los guarde con frutas, ya que pueden arruinar la lechuga.
Paso 2
Saque las hojas de lechuga del cajón del frigorífico después de 48 horas. Enjuágalos nuevamente con agua fría. La mayor parte de la amargura habrá desaparecido.
Paso 3
Retire las hojas más externas. Cortamos la raíz y las puntas de la lechuga, porque en ellas queda el resto del sabor amargo. Coloque la verdura en la centrífuga de ensalada para eliminar el exceso de agua. Sirve como prefieras.