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El amoníaco (NH3) es un gas en condiciones normales y es muy soluble en agua. También es excretado como desecho por peces y otros animales acuáticos. 3/4 del amoníaco excretado sale del cuerpo por la respiración y el 1/4 restante se excreta en la orina. El amoníaco es altamente tóxico en cantidades muy pequeñas y una concentración de 0.25 partes por millón (ppm) es suficiente para comprometer el sistema inmunológico de algunas especies de peces. Idealmente, el agua del acuario y del tanque no debe contener una cantidad considerable de NH3.
Paso 1
Cambia el agua con frecuencia. Este es el método más rápido y eficaz para reducir el amoníaco en el agua. Un amante de los peces debe cambiar parte del agua del acuario con regularidad. Un cambio parcial elimina la necesidad de transferir el pez a otro tanque.
Paso 2
Inserte un filtro nuevo con cuidado. Los filtros pueden eliminar el amoníaco del agua utilizando un tipo de bacteria llamada nitrosomonas que se alimenta de NH3. Sin embargo, una colonia de estos seres requiere hasta seis semanas para expandirse lo suficiente para eliminar el amoníaco de manera eficiente.
Paso 3
Mantenga la producción de amoniaco por debajo de la capacidad de filtración. Deberá mantener su población de peces bajo control y también debe asegurarse de no sobrealimentarlos. La comida para peces no debe permanecer en la superficie más de unos minutos.
Paso 4
Mantenga un volumen adecuado de agua. El agua de un tanque o acuario debe filtrarse completamente cada dos horas o menos. Esto puede requerir la compra de un sistema de filtración más grande.
Paso 5
Controle con frecuencia el nivel de amoníaco en el acuario. Puede elevarse rápidamente a niveles peligrosos y matar a los peces antes de que pueda tomar medidas correctivas.