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Los incentivos en la economía son factores que pueden alterar el comportamiento de compra de los consumidores. Pueden ser decisiones de gobiernos o empresas, como beneficios fiscales a la hora de comprar coches híbridos, o cambios dictados por la "mano invisible" del mercado, como una subida del precio del petróleo. El profesor Steven E. Landsburg incluso sugirió en su libro "The Sofa Economist" que "la mayor parte de la economía se puede resumir en cuatro palabras: la gente responde a los incentivos. El resto son comentarios".
Cambiar a productos de menor calidad
Cuando el precio de un bien sube bruscamente, las personas que necesitan las mismas cantidades del producto (comida, ropa), pero que pueden aceptar una calidad inferior, comienzan a preferir productos de menor calidad. En teoría económica, los productos inferiores son aquellos en los que la demanda aumenta cuando el poder adquisitivo de los consumidores disminuye. Por ejemplo, cuando sube el precio de los dulces famosos, los consumidores preferirán productos más baratos y menos costosos para satisfacer sus necesidades.
Cambio de hábitos
En el caso de los bienes inelásticos (productos en los que la demanda se mantiene más o menos igual, a pesar de las fluctuaciones de precios), como el petróleo y la electricidad, los consumidores cambian sus hábitos para reaccionar ante la subida o bajada de los precios. Por ejemplo, cuando los precios del petróleo suben, las personas intentarán usar su automóvil con menos frecuencia, conducirán más despacio o realizarán diversas tareas en un viaje. Asimismo, una caída en los precios de la electricidad permite que las personas mantengan encendidas las luces y los dispositivos eléctricos (televisión, computadoras) durante más horas.
Incentivos directos
Los gobiernos y las empresas pueden ofrecer incentivos para que los consumidores gasten más en determinados productos y servicios. Esta categoría puede incluir incentivos fiscales para una variedad de productos respetuosos con el medio ambiente, como los coches híbridos (por ejemplo, los coches híbridos no tienen que pagar la tasa de congestión en el centro de Londres) o cupones de descuento ofrecidos por las empresas. Los consumidores responden a estos incentivos para evitar costos adicionales a corto o largo plazo.
Tasas de interés
Las tasas de interés actúan como un incentivo para que las empresas inviertan y para que los consumidores presten dinero para gastar. Cuando los bancos tienen tasas de interés bajas, es más fácil para los consumidores pedir prestado dinero, gastar en productos (automóviles, casas, electrodomésticos) o servicios (vacaciones caras, por ejemplo) y devolver aproximadamente la misma cantidad más adelante. Asimismo, las altas tasas de interés pueden hacer que los consumidores moderen su gasto, tratando de vivir con los recursos disponibles.