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Los costos corporativos incluyen costos fijos y variables, lo que es especialmente cierto si se incurre en ellos en la fabricación o en las actividades administrativas de la empresa. Los costos fijos también pueden denominarse costos de capacidad, porque se incurre en ellos para proporcionar la capacidad operativa de la empresa. Los costos fijos se pueden clasificar como comprometidos o discrecionales.
Costos fijos comprometidos
Los costos fijos comprometidos son gastos en los que incurre una empresa durante un largo período de tiempo y no se pueden reducir durante ese período. Estos costos incluyen grandes inversiones, como la compra de un edificio o equipo, el costo del impuesto predial sobre un activo o la remuneración de la alta dirección. Estos gastos se incurren en el entendido de que la empresa está comprometiendo el valor de estos activos o personal en la función corporativa global a largo plazo. Antes de comprometerse con estos gastos, la gerencia debe considerar el impacto que esta acción tendrá en el negocio.
Costos fijos discrecionales
Los costos fijos discrecionales son gastos que pueden cambiar anualmente según las decisiones de la administración. Estos gastos incluyen inversiones en investigación, programas de desarrollo gerencial y oferta de pasantías universitarias. Si bien estos programas son beneficiosos para la organización, no está sujeta a un compromiso a largo plazo. La empresa tiene más flexibilidad para tomar decisiones sobre la continuación de estos programas, es decir, la gerencia puede cambiar su decisión y cerrarlos al año siguiente, o puede hacer un cambio inmediato, si la posición financiera de la empresa justifica el cambio.
Comportamiento de costos fijos
Los costos fijos siguen siendo los mismos, independientemente del nivel de actividad de la empresa. Los costos fijos incurridos en la fabricación no cambiarán en total si cambia el volumen de producción. Sin embargo, el costo fijo por unidad disminuirá a medida que aumenta la producción. Si la producción disminuye, el costo fijo por unidad aumentará. Por ejemplo, los impuestos anuales a la propiedad no cambiarán porque la producción se haya duplicado. En cambio, el gasto en estos impuestos debería seguir siendo el mismo. Sin embargo, el costo por unidad disminuirá porque se distribuirá en el doble de unidades.
