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El dolor en las yemas de los dedos de las manos y los pies puede tener varias causas, desde un nervio pinzado por estar sentado en una posición durante demasiado tiempo hasta algo más serio como una enfermedad. Si el dolor se repite con regularidad, consulte a un profesional de la salud.
Opinión experta
Cuando los vasos sanguíneos de los dedos de las manos y los pies se estrechan o aparecen llagas gangrenosas cerca de las yemas de los dedos, lo que provoca un dolor punzante, es posible que tenga el síndrome de Raynaud. Por lo general, causado por el frío o el estrés emocional, el síndrome de Raynaud afecta principalmente a las mujeres y "generalmente ocurre entre las edades de 20 y 40 en las mujeres y más tarde en la vida de los hombres", según el Centro Médico de la Universidad de Maryland.
Efectos
Debilitante y dañina para las articulaciones con o sin tratamiento, la artritis psoriásica causa hinchazón de los dedos de las manos y los pies, lo que provoca mucho dolor. Los dedos pueden deformarse permanentemente, ya que la artritis psoriásica destruye los huesos pequeños de los dedos.
Tipos
Aunque se desconoce la causa, la enfermedad de la esclerodermia ocurre con la producción excesiva de colágeno, la proteína fibrosa que se encuentra en los huesos, la piel y otros tejidos conectivos. Uno de los síntomas de la esclerodermia consiste en heridas abiertas, hinchazón y dolor en las yemas de los dedos de las manos y los pies.
Identificación
El dolor comienza en los dedos de las manos y los pies de algunos pacientes con cáncer que han comenzado o terminado tratamientos de quimioterapia, que sienten como pequeñas descargas eléctricas y ardor o dolor agudo. Esto sucede cuando la quimioterapia daña el sistema nervioso, lo que se denomina neuropatía, que puede tardar un año o más en mejorar.
Advertencias
Notifique a su médico de inmediato si siente dolor en los dedos de las manos y los pies debido a la quimioterapia, para que los tratamientos para el dolor puedan comenzar de inmediato. Evite fumar si tiene síndrome de Raynaud, ya que el hábito restringe aún más el flujo sanguíneo.
