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Dependiendo de a quién le preguntes, a la gente le gusta u odia el transporte público. Hay muchos pros y contras cuando se trata de dejar el auto en casa y tomar un bus o tren para ir a la escuela o al trabajo, todo depende de lo que sea importante para ti y tu horario.
Tipos
Hay varios tipos de transporte público para ayudarte a moverte por tu ciudad o entre ciudades. El transporte público consta de autobuses o trenes, e incluso tranvías en algunas circunstancias. Uno de los mayores beneficios de utilizar el transporte público es que está disponible para todos. Un punto negativo es que, en determinados momentos del día, los vehículos de transporte pueden estar llenos. En un día laborable típico, decenas de millones de personas utilizan el transporte público.
Viabilidad
El transporte público ofrece un medio asequible para que las personas se muevan por la ciudad y realicen las más diversas tareas, desde ir al mercado hasta una cita con el médico. Este sistema también ayuda a los jóvenes y adultos que no pueden pagar un automóvil para ir a trabajar o estudiar. Un lado malo del transporte público es la necesidad de adaptar tus horarios a los del autobús o tren. La hora en que el autobús llega a la parada y el número de paradas que deben bajar los pasajeros tienen un impacto directo en si llega o no a la hora de su cita.
Costo
Tener un coche puede resultar bastante caro por los beneficios, el seguro, el mantenimiento y el combustible. Una ventaja de utilizar el sistema público es que ahorra dinero anualmente al no tener un automóvil. Alguien que usa el transporte público en lugar del automóvil puede ahorrar una gran cantidad de dinero durante todo el año. Un punto negativo de no tener coche es depender del autobús o del tren para llegar a donde quieras, además de no tener la comodidad de hacerlo todo a tu propio ritmo.
Impacto en el medio ambiente
Dejar el coche en casa y utilizar el sistema público reduce los daños al medio ambiente. Un aspecto positivo del transporte público es la menor cantidad de combustible que se quema anualmente, lo que también ahorra dinero. El uso de autobús o tren reduce la huella de carbono que genera la sociedad, lo que también reduce las emisiones atmosféricas de gases nocivos para la salud y que contribuyen al efecto invernadero. Una desventaja del transporte público es que cuando no hay suficientes personas usándolo, todavía hay cientos de automóviles y autobuses en las carreteras, quemando combustible simultáneamente y aumentando el tráfico.