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Los lirios de hoy se desarrollaron a partir de la genética de los lirios cruzados por nómadas hace miles de años. Hay varias leyendas sobre el lirio. Uno de ellos cuenta la historia del lirio originado por Hera, cuando unas gotas de su leche materna cayeron al suelo y crearon el lirio. Los romanos cuentan una historia sobre Venus viendo un lirio y sintiendo celos de su belleza. Fue ella quien creó el enorme pistilo que crece en el centro de esa flor. Cualquiera que sea la leyenda que desee, los lirios son fáciles de cultivar y, con el debido cuidado, florecerán año tras año.
Paso 1
Corta las flores cuando florezcan para hacer un arreglo. No corte más de 1/3 del tallo.
Paso 2
Corta las flores muertas dejando al menos 2/3 del tallo. Retire las vainas de semillas que se hayan formado. Estas vainas agotan la energía que la planta necesitará para producir flores en la próxima temporada de crecimiento.
Paso 3
Deje que los pedúnculos y las hojas mueran naturalmente. Los bulbos utilizan las hojas para sintetizar alimentos que se almacenarán para sobrevivir durante el invierno. Déjalos mientras estén verdes.
Paso 4
Riega los lirios según sea necesario. Seguirán creciendo y producirán alimento para el bulbo.
Paso 5
Corta el tallo al nivel del suelo tan pronto como las hojas se pongan amarillas y empiecen a caer.