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En general, la variable cultural se refiere a cualquier elemento cultural que pueda influir en un fenómeno observado, desde el análisis macroeconómico hasta la producción artística o el éxito de iniciativas políticas. Sin embargo, la mayoría de los antropólogos trabajan con un conjunto de variables definidas que buscan describir diferentes culturas en un continuo establecido con varias características. No todos los antropólogos están de acuerdo exactamente en cuáles pueden ser estas categorías, pero pocos gozan de una amplia aceptación en esta área.
Individualismo y colectivismo
Aunque la mayoría de las culturas se adaptan entre estos dos polos, los antropólogos describen dos tipos básicos de organización social; individualismo y colectivismo. En las culturas individualistas, el éxito y el bienestar generalmente se pueden medir por los logros individuales, los ritos culturales se enfocan en metas individuales y sociales con el propósito de empoderar al individuo. En una sociedad colectivista, la parte individual está subordinada a amplios objetivos sociales y los ritos culturales tienden a generar relaciones sociales y afectivas, por ejemplo, el matrimonio que se organiza con el bien colectivo en mente. Estos dos polos crean un continuo, en el que deben insertarse la mayoría de culturas, siendo la naturaleza de la sociedad un punto que determina una variedad cultural para las actividades cotidianas del individuo.
Masculinidad y feminidad
Además de las reglas sociales practicables por hombres y mujeres, las culturas en su conjunto también tienden a tener ciertas características masculinas y femeninas. Una cultura machista, por ejemplo, tiende a valorar la fuerza, la ambición y el significado, mientras que las culturas feministas tienden a influir en el afecto, la compasión y la emoción. Este punto de vista social condiciona generalmente los verdaderos roles sociales, como el comportamiento esperado por hombres y mujeres y los lugares que ocupan en la sociedad. Es obvio que estos valores culturales tienen un efecto profundo en la forma en que funciona una sociedad y en cómo responde al cambio.
Distancia de poder
Generalmente, la distancia del poder se refiere a las formas en que el poder, el bienestar y el prestigio se distribuyen en una cultura. En una cultura que tiene un alto poder, estos factores están muy concentrados en unos pocos miembros de la sociedad. En una cultura con poder reducido, este factor se considera una variable cultural crítica. El éxito de los programas económicos, por ejemplo, a menudo requiere que los políticos busquen la mejor manera de distribuir el bienestar y el dinero en la sociedad.
Evita la incertidumbre
La incertidumbre o algo que una cultura no conoce también se considera una variable cultural importante para los antropólogos. Por ejemplo, las culturas con un alto nivel de incertidumbre tienden a exhibir comportamientos sociales activos, tratando de explicar todo lo que enfrenta la cultura y generalmente son más intolerantes con los comportamientos sociales que se desvían de los límites establecidos. Por otro lado, las culturas con niveles reducidos de incertidumbre tienden a ser más contemplativas, aceptando mejor el riesgo social y personal y siendo un poco más tolerantes con los comportamientos desviados, un factor con implicaciones obvias para el funcionamiento y desarrollo de una sociedad.