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La digestión es un proceso que descompone las moléculas más grandes de nutrientes de los alimentos en moléculas más pequeñas que los intestinos pueden absorber y pasar al torrente sanguíneo. Este proceso es químico: hay una variedad de reacciones diferentes involucradas en el proceso de digestión. Todas estas reacciones, sin embargo, tienen características en común.
Procesos digestivos
Desde un punto de vista técnico, las únicas sustancias necesarias para compartir moléculas de nutrientes son el agua y el ácido. Sin embargo, en realidad, su sistema digestivo no puede depender únicamente del agua y el ácido para digerir sus alimentos por dos razones. Primero, el proceso sería lento e ineficaz. En segundo lugar, la grasa no se mezcla con el agua, lo que dificultaría que la mezcla de ácido y agua alcance y digiera la grasa. Sabiendo esto, las reacciones de digestión son un poco más complejas.
Digestión de carbohidratos
Las reacciones químicas de la digestión de carbohidratos involucran ácido, agua y enzimas llamadas amilasas. El almidón, un carbohidrato, consiste en una larga cadena de moléculas de glucosa-azúcar que están unidas químicamente, explican los doctores Reginald Garrett y Charles Grisham en su libro "Bioquímica". Para romper estas cadenas y liberar las moléculas de glucosa, la amilasa ayuda a que las moléculas de agua atraviesen los enlaces. El ácido ayuda en este proceso al insertar cargas químicas en ciertas partes de las moléculas de azúcar, lo que facilita que la amilasa ponga agua en los enlaces. Al final de la digestión del almidón, nada más que glucosa, que absorbe el intestino.
Digestión de proteínas
La digestión de las proteínas es muy similar a la digestión del almidón, explican los doctores Shawn Farrell y Mary Campbell en el libro "Bioquímica". Al igual que con la digestión del almidón, la digestión de proteínas requiere enzimas, en este caso proteasas. Además, las proteínas constan de largas cadenas de moléculas llamadas aminoácidos. La digestión de proteínas divide los aminoácidos entre sí mediante la inserción de agua a través de los enlaces, con la ayuda de proteasas y ácido. Las moléculas resultantes, los aminoácidos, son lo suficientemente pequeñas para ser absorbidas.
Digestión de grasas
Para digerir la grasa, primero debe ser soluble en agua. Las sales biliares, que provienen del páncreas, rodean los glóbulos de grasa y ayudan a atraerlos hacia la mezcla de agua y enzimas en el intestino. Las enzimas llamadas lipasas comienzan a ayudar en el proceso de insertar agua en los enlaces de las moléculas, tal como lo hace con la digestión de almidones y proteínas. En el caso de las grasas, se rompen dos moléculas llamadas ácidos grasos, extraídas de otra molécula llamada monoglicérido. Su intestino absorberá estas tres moléculas.