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La rosa del desierto es una planta suculenta y perenne, originaria de las regiones tropicales. Aunque es resistente, puede morir rápidamente en suelos mal drenados o cuando se riega en exceso. Otros requisitos de mantenimiento incluyen fertilización programada e iluminación adecuada para el crecimiento. Debe podar su rosa del desierto para estimular la gemación, vigorizar la salud de la planta, promover el trasplante de plántulas, crear flores y deshacerse de las ramas enfermas.
Paso 1
Pellizque su plántula de rosa del desierto con las puntas de los dedos índice y pulgar (como en un pellizco) para producir múltiples ramas. Asimismo, apriete el tallo para evitar el crecimiento lateral. Presione solo una plántula que esté sana y que crezca rápidamente, de lo contrario solo brotará un brote.
Paso 2
Corte los tallos sin hojas en la primavera para restaurar la salud de la planta y promover el crecimiento. Use tijeras de podar para quitar las ramas viejas. Una rosa del desierto injertada producirá más flores si se poda bien. La floración se puede retrasar a temperaturas más altas, por lo que se debe podar cuando el clima es más fresco.
Paso 3
Debes podar las raíces de tu rosa del desierto cuando la trasplantes a una maceta nueva. Es posible que tenga que cambiar las macetas todos los años, ya que la rosa del desierto tiende a crecer más allá de sus límites. Corta las raíces en su unión con el caudice. El caudicio es la parte más gruesa del tallo.
Paso 4
Revisa tu rosa del desierto en busca de ramas enfermas. La pudrición de la raíz es un problema común en esta planta debido al exceso de agua en la temporada de lluvias. Cortar en el tronco o cerca del tallo principal. Sumerja sus tijeras de podar en una mezcla de alcohol al 10% y agua para evitar que las enfermedades se propaguen.
Paso 5
Corta cualquier rama que esté creciendo hacia adentro, dañada o enredada. Asegúrese de que no haya ramas que se toquen entre sí. El aumento de espesor contribuye a la falta de circulación de aire, lo que puede reducir el crecimiento o promover la propagación de enfermedades.