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La oxidación negra proporciona un acabado oscuro protector a los metales. Es conveniente para restaurar pistolas antiguas, relojes antiguos con detalles metálicos y otras artesanías elaboradas con metales ferrosos, como hierro forjado, carbono y algunos aceros. Para hacer una solución casera de oxidación negra, necesita acceso a fosfato de dihidrógeno de zinc o manganeso, agua, un tanque y un agente oxidante, como el nitrato.
La solución de fosfato
Para preparar la solución de inmersión de fosfato, llene un tanque con agua hasta 15 cm por debajo del nivel máximo. Agregue el fosfato, de acuerdo con las instrucciones del fabricante. Agrega más agua hasta llegar al borde. Calienta la solución entre 82 y 88 grados Celsius. Agregue 7.5 gramos de nitrato de sodio, el acelerador de oxidación, por cada 100 litros de agua.
Limpiar el metal
Antes de sumergir el metal, su superficie debe estar completamente limpia. Incluso pequeñas trazas de aceite pueden teñirlo de amarillo. Además, tenga en cuenta que los diferentes tipos de acero se oxidan en colores ligeramente diferentes. Ningún esfuerzo adicional o pulido cambiará eso. La única forma de lograr una oxidación uniforme es trabajar con los mismos metales.
La inmersión del metal
Cuando la solución esté caliente, remoje el metal durante 45 minutos. Durante los primeros 15 minutos, el gas hidrógeno se liberará visiblemente del tanque. Si la liberación visible de hidrógeno no se detiene después de 15 minutos, retire el metal. Cuando hayan transcurrido los 45 minutos, sumerja completamente el metal en agua sin calentar durante tres minutos.
Tenga cuidado
Mezclar productos químicos puede ser peligroso. Siempre sepa con qué elementos químicos está trabajando y qué reacciones causarán. En caso de duda, no continúe hasta consultar a un proveedor de productos químicos u otro especialista. Mezcle siempre las soluciones al aire libre.