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El óxido es el producto de una reacción química entre el hierro y el oxígeno. Cuando una molécula de oxígeno entra en contacto con una molécula de hierro, se forma óxido de hierro u óxido, lo cual es más que desagradable. Si no se trata, puede arruinar cualquier objeto que afecte. A medida que continúa el proceso de corrosión, se expone más metal, lo que generalmente debilita la estructura hasta el punto en que se desmorona o se vuelve inútil. Al descubrir óxido en un objeto valioso, es importante eliminarlo lo antes posible. El WD-40 puede ayudar con esta tarea.
Paso 1
Rocíe la superficie oxidada con suficiente WD-40 para empapar bien el área. Luego, déjelo en remojo durante 10 minutos antes de continuar. Este producto actúa rompiendo las uniones entre el metal y el óxido y, por lo tanto, necesita un poco de tiempo para lograr mejores resultados.
Paso 2
Use un cepillo de alambre en la superficie empapado con WD-40. Con óxido suelto, el cepillo puede eliminar la mayor parte de la corrosión. Frote la superficie hasta que esté satisfecho con la eliminación de la mayor parte del óxido.
Paso 3
Rocíe el WD-40 en la superficie nuevamente y remójelo nuevamente durante cinco a diez minutos.
Paso 4
Utilice el papel de lija para eliminar el óxido restante. Puede usar granulación de 120 a 160 para oxidación moderada y 80 o menos para oxidación más pesada y severa. Mientras lija, asegúrese de eliminar la mayor cantidad de óxido posible. Si deja alguno, volverá a aparecer en algún punto de la extensión.
Paso 5
Vuelva a aplicar el WD-40 cuando sea necesario en las manchas de óxido rebeldes, dejándolo en remojo antes de continuar lijando o cepillando.
Paso 6
Frote el área con lana de acero para pulir el metal y eliminar los rastros más pequeños de óxido. Una vez que haya eliminado todo el óxido, cubra la superficie con una aplicación de WD-40. Esto proporcionará una barrera protectora contra la corrosión futura.