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Los tumores en las cabezas de los felinos, o tumores cerebrales, son una masa en el cerebro. Son más comunes en perros que en gatos. Cuando ocurren, generalmente afectan a los gatos mayores, según PetPlace.com. Los tumores cerebrales pueden comenzar como resultado de un problema secundario, como un crecimiento maligno en el conducto nasal, en el cráneo o en la cavidad del oído. Por lo general, comienzan en otras partes de la cabeza y se diseminan al cerebro.
Sitios de tumores comunes
Los tumores cerebrales se encuentran comúnmente en la membrana que recubre el cráneo. Este tipo de tumor se llama meningioma. Aunque normalmente no es canceroso, no hay suficiente espacio para que permanezca el tumor, lo que puede provocar daños en el cerebro. Los tumores de glioma se encuentran en las células cerebrales. Se denominan astrocitomas, oligodendrogliomas, glioblastoma multiforme y ependimomas.
También ocurren en el prosencéfalo, el tronco encefálico, el cerebelo y la corteza cerebral. Según The Cat Health Guide, "los tumores pueden variar en gravedad, desde los que crecen lentamente hasta los muy malignos (que crecen rápidamente)".
Además, pueden presentarse como un tumor secundario. Según la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, en los Estados Unidos, "los tumores secundarios representan una diseminación (metástasis) de otro tumor en el cerebro que proviene de otra parte del cuerpo". Los tumores que pueden diseminarse al cerebro incluyen hemangiosarcoma (cáncer de las células sanguíneas), carcinoma de mama y melanoma (cáncer de piel).
Síntomas
Los síntomas comunes en los gatos que padecen un tumor cerebral incluyen depresión, cambios en el apetito y el consumo de agua, cambios de comportamiento, pérdida de memoria y la aparición de dolor. Los síntomas específicos de este tipo de cáncer incluyen debilidad en un lado del cuerpo del gato, parálisis, inclinación de la cabeza, vómitos, dificultad para tragar, posición anormal de los ojos u ojos con poca movilidad. Los síntomas más graves pueden incluir convulsiones, ceguera parcial o total o coma.
Causa y diagnóstico
Si bien se desconoce la causa de los tumores en el cerebro de los gatos, se cree que puede haber una predisposición genética.
Una biopsia es la única forma de diagnosticar un tumor. Su veterinario puede determinar si el tumor es canceroso, sin embargo, esto generalmente solo se puede determinar en la autopsia.
Tratamiento
Hay varias opciones de tratamiento disponibles. La cirugía cerebral es un procedimiento de alto riesgo y requiere los servicios de un neurocirujano. Se realiza solo si las posibilidades de extirpar todo el tumor son altas y se pueden evitar los efectos secundarios. La radiación se puede utilizar junto con la cirugía o sola.
La quimioterapia es otra opción. "The Cat Style Guide" afirma que "la quimioterapia no siempre es una buena opción porque la barrera entre la sangre y el cerebro puede evitar que los agentes quimioterapéuticos lleguen al tumor". Sin embargo, los avances recientes han mejorado el tratamiento y los gatos parecen tolerarlo bien.
Finalmente, una opción de tratamiento puede ser no tratar el tumor, sino concentrarse en aliviar los síntomas y mantener al gato cómodo.
Pronóstico
Desafortunadamente, la mayoría de los tumores cerebrales no se pueden curar. Un tratamiento adecuado puede prolongar la vida del gato y mejorar su calidad de vida. El pronóstico generalmente no es bueno si el tumor es grande y los síntomas son severos o si es un tumor secundario.
El tratamiento juega un papel importante en el pronóstico. En muchos casos, el tratamiento con radiación ayuda a los gatos a vivir más tiempo. Los tumores del prosencéfalo tienen mejor pronóstico que los del tronco central o del cerebelo.