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El hígado se encarga de casi todas las toxinas que encuentra, independientemente de si son ingeridas o creadas por el propio cuerpo. El amoníaco es una toxina creada por el cuerpo como resultado de la descomposición de las proteínas. En circunstancias normales, el hígado elimina el amoníaco. Sin embargo, en condiciones como hepatitis o problemas hepáticos, el amoníaco no se elimina. Los niveles altos de amoníaco en la sangre (hiperamonemia) provocan insuficiencia orgánica y daño cerebral, por lo que se trata de una emergencia médica. El tratamiento es complicado y requiere la supervisión de un profesional médico.
Tratamiento de la hiperamonemia
Paso 1
Tome medicamentos contra el amoníaco, como benzoato y fenilacetato, en las dosis adecuadas, según las indicaciones de su médico. Estos medicamentos convierten el amoníaco en formas solubles en agua que pueden ser eliminadas por los riñones. La dosis varía según el estado de los riñones y el peso del paciente.
Paso 2
Modifique la dieta para incluir alimentos bajos en proteínas. Una fuente importante de amoníaco es la descomposición de las proteínas por las bacterias intestinales. Una dieta baja en proteínas reduce la producción de amoníaco por parte de las bacterias.
Paso 3
La hemodiálisis se puede iniciar de inmediato si los niveles de amoníaco en sangre son críticos. Esto se debe a que los cambios en la medicación y la dieta llevan tiempo y el cerebro es particularmente susceptible a sufrir daños (encefalopatía) si los niveles de amoníaco permanecen altos. La hemodiálisis elimina las toxinas de la sangre cuando el hígado y los riñones no pueden funcionar correctamente.
Paso 4
Siga las recomendaciones de un proveedor de atención médica para tratar la causa del nivel alto de amoníaco en sangre. Las enfermedades del hígado, como la hepatitis viral, se pueden tratar con medicamentos. Algunas afecciones hepáticas pueden requerir tratamientos más complicados.