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El trastorno de pseudoconvulsiones, también conocido como convulsiones psicógenas no epilépticas, o PNES, es un trastorno neurológico en el que un individuo experimenta un tipo de convulsión epiléptica conocida como pseudoconvulsiones. Las pseudoconvulsiones se diferencian de las convulsiones típicas en varios aspectos, aunque diferenciar las dos es difícil y, a menudo, las personas con epilepsia pueden sufrir una combinación de ambas.
Definición
El trastorno de pseudoconvulsiones es un tipo de trastorno de conversión, que es una afección en la que una persona presenta síntomas neurológicos mientras presenta signos de estrés e histeria. Este trastorno en particular se caracteriza por períodos de actividad similares a las convulsiones durante los cuales la víctima aún es consciente cognitivamente de lo que sucede a su alrededor. El trastorno de pseudoconvulsiones está fuertemente relacionado con personas con problemas psiquiátricos, como personalidad múltiple y amnesia disociativa. La actividad pseuconvulsiva no suele reducirse con la administración de fármacos antiepilépticos.
Diferencias
Existen varias características diferentes entre las pseudoconvulsiones y las convulsiones epilépticas. Las personas que sufren pseudoconvulsiones suelen cerrar los ojos y se resisten a los intentos de abrirlos. La intensidad de estos suele permanecer constante desde el principio hasta el final del episodio, y cada episodio dura, en promedio, dos minutos. El trastorno de pseudoconvulsiones es mucho más común en mujeres, especialmente en mujeres más jóvenes con antecedentes de problemas mentales. Por otro lado, las personas que padecen ataques epilépticos generalmente mantienen los ojos abiertos y sienten picaduras agudas y la intensidad del episodio disminuye, además de que rara vez dura tanto como un pseudoconvulsión. Una persona que sufre un ataque epiléptico tendrá un nivel alto de prolactina en sangre después del ataque. Una persona que sufre una pseudoconvulsión, no.
Porque
Se cree que el trastorno de pseudoconvulsiones es una reacción física inconsciente e involuntaria al estrés fisiológico extremo. Esto es confirmado por investigaciones que indican que es más común en personas que padecen trastornos disociativos y otros problemas mentales disruptivos, especialmente mujeres jóvenes que han sufrido abuso o trauma en la infancia.
Diagnóstico
La mejor manera de diagnosticar un trastorno de pseudoconvulsiones es con el uso de un video de electrocefalograma, monitoreando un episodio de convulsión. En este método, tanto el episodio como el electrocefalograma, que monitorea y registra la actividad eléctrica del cerebro, se registran simultáneamente. El electrocefalograma es particularmente útil: dado que las pseudoconvulsiones son de origen psicológico y no son el resultado de tormentas eléctricas en el cerebro, el electrocefalograma de una persona que sufre una pseudoconvulsión se verá muy diferente de una persona que sufre una convulsión epiléptica.
Tratamiento
La incidencia y frecuencia de las pseudoconvulsiones no disminuyen con el uso de fármacos antiepilépticos.Sin embargo, dado que las personas con epilepsia experimentan convulsiones tanto reales como pseudo, la afección por sí sola puede ser difícil de aislar y tratar. Cuando se diagnostica una pseudoconvulsión, la psicoterapia, a menudo junto con medicamentos, como los antidepresivos, es el tratamiento más común.