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Un caballo que sufre una fractura es una situación aterradora. Las fracturas tienden a ocurrir con mayor frecuencia en los huesos largos de la pata del caballo y pueden dejarlo cojeando por el resto de su vida. El metacarpiano pasa por la mitad de la pierna y a cada lado de este hueso hay otro largo y estrecho llamado sesamoideo, que se extiende desde la rodilla hasta el talón. Es muy común que un caballo que ha sufrido una fractura grave sea sacrificado, ya que el gasto de intentar reparar la pata suele superar el valor del caballo.
Fractura parcial
Las fracturas parciales se denominan comúnmente fracturas incompletas. Ocurren cuando un hueso se agrieta pero no se separa en dos piezas diferentes. Este tipo de lesión puede ser difícil de diagnosticar, ya que el caballo seguirá usando la pierna con frecuencia y no cojeará, dependiendo de la gravedad de la lesión. El peligro de una fractura parcial es que el hueso se debilitará y continuará debilitándose debido al estrés continuo. Estas lesiones suelen ocurrir en caballos que realizan actividades de alto nivel, como carreras.
Fracturas completas
Cuando el hueso se fractura y se separa en dos piezas, se denomina fractura completa. En este caso, el hueso no atraviesa la piel. Si un caballo sufre este tipo de lesión, inmediatamente perderá la capacidad de usar su pata. Los animales de alto rendimiento pueden sufrir una fractura durante el ejercicio intenso. Los caballos de una manada pueden ser pateados y sufrir este tipo de lesiones también. Es muy difícil para un animal recuperarse de este tipo de fractura, por lo que a menudo son sacrificados. Incluso si un caballo se recupera de la ruptura, muy pocas veces podrá reanudar su actividad.
Fracturas abiertas
Cuando una fractura atraviesa la piel del caballo, se denomina fractura abierta. La piel del caballo es muy fina y fácilmente penetrable. Este tipo de lesión complica mucho el proceso de curación de los caballos debido al riesgo de infección de la herida cutánea. Los caballos que experimentan una fractura abierta comúnmente son sacrificados, a menos que la cirugía pueda reparar la fractura y exista el equipo apropiado para evitar que el caballo arroje el peso corporal sobre la pierna lesionada. Este tipo de tratamiento es muy caro.
