Contenido
- Albúmina
- Globulina
- Fibrinógeno
- Por qué las proteínas plasmáticas son importantes
- Impacto de las proteínas plasmáticas anormales
Para comprender qué son las proteínas plasmáticas, primero se debe comprender qué es el plasma. La sangre contiene plasma, que no es más que su porción líquida. El plasma se compone de más del 90% de agua, que es necesaria para hidratar los tejidos corporales. Aproximadamente el 7% del plasma está compuesto por proteínas, que se dividen en uno de tres tipos.
Albúmina
La albúmina es la proteína plasmática más abundante y representa alrededor del 60% del total. Son fabricados por el hígado y son responsables de transportar diversas sustancias en la sangre, incluidos los medicamentos. También ayudan a mantener el equilibrio hídrico y contribuyen a las presiones osmóticas, que en términos simples es la presión ejercida por el agua que se mueve a través de la ósmosis dentro y fuera de las células.
Globulina
Las proteínas de globulina incluyen enzimas, transportadores de proteínas y gammaglobulina, o anticuerpos, algo que el cuerpo produce para combatir infecciones y enfermedades. Aunque la mayor parte del plasma se produce en el hígado, las gammaglobulinas son producidas por linfocitos llamados plasmocitos. Las globulinas se dividen en uno de cuatro grupos según su tamaño y carga eléctrica: gamma, beta, alfa-1 y alfa-2.
Fibrinógeno
La única función del fibrinógeno (también llamado Factor I), otra proteína plasmática producida por el hígado, es producir coágulos para ayudar a detener el sangrado. Es un coagulante fibroso pegajoso que se encuentra en la sangre y que produce trombina, que a su vez se convierte en fibrina, la principal proteína en un coágulo de sangre. Se dice que las personas con hemofilia (la "enfermedad hemorrágica") tienen una deficiencia de factor I. La afibrinogenemia es la ausencia total de fibrinógeno, que es la forma más grave de hemofilia. La hipofibrigenemia consiste en niveles de fibrinógeno más bajos de lo normal y puede producir problemas de sangrado moderados. La disfibrinogenemia ocurre cuando los niveles de fibrinógeno son normales, pero la proteína no funciona correctamente. Las personas que padecen esta forma de deficiencia de factor I rara vez tienen problemas de hemorragia e incluso puede ocurrir una coagulación anormal.
Por qué las proteínas plasmáticas son importantes
Actuando juntos, los tres tipos de plasma mantienen el cuerpo sano. Son los componentes básicos de todas las células y tejidos corporales, incluidos los anticuerpos, las hormonas y los agentes de coagulación. Llevan una variedad de sustancias, como medicamentos, hormonas y vitaminas. Controlan la presión osmótica entre la sangre y los tejidos, además de ayudar a controlar el equilibrio ácido-alcalino de la sangre. Además, son la fuente de energía para los músculos y los tejidos si no se ingieren suficientes alimentos que produzcan energía.
Impacto de las proteínas plasmáticas anormales
Los niveles bajos de albúmina pueden indicar enfermedad hepática o renal, y estos permiten que ingrese en la orina, pero estos niveles también se explican por el embarazo (cuando hay una disminución natural de la albúmina), desnutrición, quemaduras extensas o enfermedad de Crohn. Los niveles elevados de albúmina pueden ser el resultado de deshidratación o insuficiencia cardíaca congestiva.
Los niveles altos de globulina pueden indicar infección crónica, enfermedad hepática o artritis reumatoide, mientras que niveles bajos pueden significar anemia aguda, disfunción hepática o enfisema.
Los niveles elevados de fibrinógeno parecen indicar un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, una de las principales causas de muerte. Combinado con la presión arterial alta, el riesgo es aún mayor. El ejercicio, no fumar, mantener un peso saludable y la medicación parecen reducir los niveles de fibrinógeno a corto plazo. Los niveles más bajos de fibrinógeno indican una forma de hemofilia. Esta condición es hereditaria y afecta a ambos sexos, así como a todas las etnias y razas.