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Las articulaciones inmóviles, también conocidas como sinartrosis, son articulaciones del cuerpo humano que no se mueven. Los seres humanos tienen articulaciones inmóviles para la estabilización y osificación, el proceso en el que el cartílago se convierte en hueso, generalmente visto solo en niños. Aunque el cuerpo humano no tiene muchas articulaciones inmóviles, son muy importantes para varias funciones, desde masticar hasta el desarrollo infantil. Hay tres tipos de articulaciones inmóviles: gonfosis, sutura y sindesmosis.
Gonfose
Las articulaciones de la gonfosis son donde un hueso encaja con otro y no se puede mover. El único ejemplo en el cuerpo humano, según la Enciclopedia Británica, son los dientes. Para esta articulación, un tejido fibroso conecta los dientes con los alvéolos dentales y los mantiene en su lugar. Aunque esta articulación está inmóvil, la presión gradual puede moverla por fuerza, como en el caso de los frenillos o con tirones bruscos, como en el caso de una lesión que saca un diente.
Suturas
Las suturas se definen como huesos conectados por capas fibrosas y están inmóviles. El único ejemplo en el cuerpo humano se encuentra en el cráneo, que, según Sciencethinking.org, está formado por múltiples capas. El sitio GetBodySmart.com destaca las cuatro articulaciones de sutura del cráneo: escamosa, sagital, coronal y lambdoidea. Según la Clínica Mayo, los tejidos fibrosos de las suturas son más suaves y están más espaciados cuando nace un niño. Esto permite que el cráneo crezca a medida que el cerebro se expande, por lo que se debe tener cuidado con la cabeza de los recién nacidos. A medida que el niño crece, las articulaciones se fusionan y se vuelven rígidas.
Sindesmosis
La sindesmosis es un término que se usa cuando un hueso se conecta a otro con tejido fibroso grueso (generalmente cartílago). De todas las articulaciones inmóviles del cuerpo, estas son las más numerosas. Según el sitio web Sciencethinking.org, la Universidad de las Naciones Unidas y la Universidad de Dakota del Sur, ejemplos de sindesmosis son la articulación tibio-peronea, que es la conexión entre la tibia y el peroné que se encuentra cerca de la rodilla; la articulación esternocostal, que es la conexión entre las costillas y el esternón; el manubrio, que conecta el esternón y las clavículas; la conexión entre el cúbito y el radio, que se encuentra en el antebrazo; la sínfisis púbica, que se encuentra en la pelvis, la conexión entre los huesos occipital y esfenoides, que se encuentra en la base del cráneo; las placas de crecimiento epifisarias, que se osifican y se convierten en huesos a medida que una persona envejece, y se encuentran más comúnmente en huesos largos como la tibia.