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El síndrome vestibular tiene muchos nombres, incluido el cuello torcido, el síndrome vestibular geriátrico y la enfermedad vestibular del perro viejo. El sistema vestibular ayuda a los humanos y los animales a determinar dónde se encuentran en el espacio y moverse por los bordes sin caerse. El síndrome vestibular canino altera este sistema y puede ser causado por un traumatismo en la cabeza o una enfermedad, como una lesión cerebral o una infección del oído. Algunos casos no tienen una causa clara. El síndrome generalmente afecta a perros de mediana edad a ancianos y puede durar desde unos pocos días hasta varias semanas.
Síntomas faciales y de cabeza
Los perros con este síndrome suelen tener la cabeza inclinada. Si tiene una infección de oído o una lesión cerebral, la cabeza puede inclinarse hacia el lado afectado. También pueden tener nistagmo u ojos que giran de un lado a otro y dificultad para controlar la cabeza y los músculos faciales. Si hay una infección o lesión, los ojos girarán más rápido hacia el lado afectado.
Síntomas de movilidad
Debido a que el síndrome afecta el sentido del equilibrio, un perro puede caminar inestable o caerse con frecuencia. El perro también podrá caminar en círculos, hacia el lado afectado o correr contra las cosas. Dado que la enfermedad puede causar mareos y náuseas, es posible que el perro no se levante ni se mueva. También puede vomitar y negarse a comer.
Síntomas engañosos
Debido a problemas de movilidad, movimientos oculares e inclinación de la cabeza, los propietarios a menudo asumen que sus mascotas han sufrido un derrame cerebral. En realidad, esto es raro en los animales. Los síntomas del síndrome vestibular pueden parecerse a los de otras enfermedades, como función tiroidea baja, toxicidad por fármacos o cáncer. Debido a que no existe una prueba específica para el síndrome vestibular, los médicos realizarán pruebas para descartar otras causas antes de confirmar el diagnóstico.
Tratamiento de síntomas
Los médicos tratarán la causa subyacente, como antibióticos para una infección de oído, y recetarán medicamentos para aliviar las náuseas y otros síntomas. Para los casos sin conocimiento de la causa, también conocido como síndrome vestibular idiopático, no existe un tratamiento corto y claro para que el perro se sienta cómodo y trate los síntomas. En muchos casos, la enfermedad desaparece por sí sola. Hay pocas posibilidades de recaída, pero el perro puede experimentar efectos residuales, como una ligera inclinación de la cabeza o problemas ocasionales de movimiento.