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La intolerancia a la glucosa también se conoce como intolerancia a la glucosa o prediabetes. Un individuo en esta condición tiene niveles de glucosa en sangre fuera de los estándares normales, pero no lo suficientemente altos como para ser diagnosticados como diabetes. Si bien muchas personas no muestran síntomas de intolerancia a la glucosa, algunas tienen síntomas característicos.
Aspectos
La diabetes se diagnostica típicamente cuando una persona tiene un nivel de glucosa en sangre de 126 mg / dl o más en dos pruebas de glucosa en sangre en ayunas. Una persona con intolerancia a la glucosa tendrá niveles entre 100 y 125 mg / dl en sangre en ayunas. Las personas con esta afección tienen un riesgo mucho mayor de desarrollar diabetes tipo 2, así como problemas cardiovasculares como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Sed persistente
Uno de los principales síntomas de la intolerancia a la glucosa es un gran aumento de la sed, una condición conocida como polidipsia. Ocurre cuando la cantidad de glucosa en sangre inhibe la absorción de glucosa por la orina. Su composición alterada disminuye la cantidad de agua que reabsorbe el riñón, lo que resulta en una pérdida anormal de líquidos al orinar. El cuerpo se deshidrata y se desencadena una sed excesiva.
Micción excesiva
La micción excesiva y frecuente, o poliuria, va de la mano de la deshidratación y la sed causadas por la alta concentración de glucosa en la orina en personas con intolerancia a la glucosa. Debido a la gran cantidad de líquidos que se pierden en la orina, el cuerpo necesita líquidos adicionales para compensar la pérdida. Esto, a su vez, aumenta la necesidad de orinar con frecuencia. La nocturia, o la necesidad de levantarse por la noche para orinar, es otra faceta de la poliuria que caracteriza la intolerancia a la glucosa.
Visión borrosa
Las personas con intolerancia a la glucosa a menudo experimentan problemas de visión borrosa, que aumenta gradualmente con el tiempo. La raíz del problema radica en las altas concentraciones de glucosa en la sangre: puede, con el tiempo, distorsionar el cristalino de los ojos.
Resistencia a la insulina
La resistencia a la insulina es otro síntoma común de intolerancia a la glucosa. Esta condición ocurre cuando el cuerpo produce cantidades suficientes de la hormona pancreática, insulina, pero las células no pueden responder correctamente a sus niveles. Dado que la insulina es esencial en el metabolismo de la glucosa, una persona con resistencia a la insulina termina con niveles altos de insulina y glucosa en sangre. Las personas con esta afección a menudo tienen manchas oscuras debajo de la piel en el cuello, la rodilla, los codos y los nudillos.