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La tuberculosis bovina (Mycobacterium bovis) es una enfermedad bacteriana que afecta los pulmones. Es contagioso y crónico tan pronto como se establece. Por lo general, afecta al ganado, pero se puede transmitir a cualquier animal de sangre caliente, incluidos los humanos. Este tipo de tuberculosis es muy similar a la tuberculosis humana. Los síntomas a menudo no aparecen hasta que la enfermedad ya está avanzada. Esta enfermedad se puede encontrar en todo el mundo, aunque algunos países, especialmente en Europa, han sido declarados libres de tuberculosis.
Signos clínicos
Las primeras etapas de la tuberculosis bovina generalmente no tienen síntomas detectables y pueden pasar algunos meses antes de que se observe el primer síntoma. Las infecciones también pueden permanecer latentes durante varios años, y se activan cuando el animal se estresa o envejece. El primer síntoma que se nota puede ser una tos productiva que se vuelve crónica después de que la bacteria se ha asentado completamente en los pulmones del animal. Esto puede progresar a neumonía. También puede haber fiebre baja. Aunque la infección es más común en los pulmones, también puede afectar el cerebro, los riñones o la médula espinal. Las infecciones en una etapa temprana pueden detectarse mediante pruebas periódicas en lugares donde existen programas de erradicación. Cuando se encuentra ganado infectado, se debe sacrificar a todo el rebaño. Luego, la granja se desinfecta y debe permanecer libre de infecciones durante al menos 30 días antes de que sea liberada para albergar una nueva manada.
Síntomas visibles
A medida que avanza la enfermedad, el animal puede perder peso debido a la falta de apetito. La tos empeora, especialmente con el frío o cuando el animal está haciendo ejercicio. Se vuelve letárgico y débil. Cuando los animales alcanzan la etapa terminal, pueden experimentar graves dificultades respiratorias. Un veterinario puede detectar los ganglios linfáticos inflamados y, en casos graves, pueden romperse y drenar. Los ganglios linfáticos inflamados también pueden bloquear los vasos sanguíneos y las vías respiratorias, causando gran angustia al animal. Si el tracto digestivo está afectado, el ganado puede mostrar signos de estreñimiento o diarrea. Con los programas de erradicación, pocos animales alcanzan las etapas graves de la enfermedad.
Lesiones encontradas después de la muerte
Los bovinos que han muerto o se encuentran en mataderos presentan lesiones granulomatosas en los ganglios linfáticos y pulmones. Algunos de estos pequeños abscesos solo se pueden ver con una inspección cuidadosa durante la necropsia. Las lesiones también se pueden encontrar raramente en los genitales.