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Cualquier perro puede sufrir una conmoción cerebral, pero los cachorros y los perros de razas pequeñas con melaza o fontanelas abiertas son los más susceptibles. Un perro puede sufrir una conmoción cerebral en las mismas circunstancias que un ser humano, es decir, como consecuencia de un golpe en la cabeza. En los perros, pueden ocurrir durante el juego, por una caída o por maltrato. Aunque generalmente no es grave, sus síntomas son similares a los de las lesiones en la cabeza más graves y deben ser examinados inmediatamente por un veterinario.
Síntomas físicos
Los síntomas físicos de un traumatismo craneal, como una conmoción cerebral, se pueden identificar fácilmente la mayor parte del tiempo. Un síntoma común es la pérdida del conocimiento del perro durante un breve período, aunque esto no siempre ocurre. Un golpe menos severo puede simplemente causarle mareos o desorientación. Otros signos de una conmoción cerebral incluyen malestar. Un perro puede tener un problema de estómago y negarse a comer o beber, o puede comer normalmente y vomitar con frecuencia. La presencia de pupilas dilatadas en entornos bien iluminados, presentes en un ojo o en ambos, es otro indicador común de conmoción cerebral u otras lesiones en la cabeza. Las convulsiones también tienden a acompañar a las conmociones cerebrales más graves.
Comportamientos
Los cambios en el comportamiento del perro pueden indicar un traumatismo craneal o una conmoción cerebral. Después de recibir un golpe en la cabeza, el perro puede volverse letárgico, esforzarse demasiado o desorientarse. Es posible que no responda cuando lo llamen por su nombre, que deje de jugar o realice sus actividades normales. Además, es posible que desee dormir más de lo habitual y tenga dificultades para despertarse. También puede mover la cabeza en lugar de sentarse erguido, y también puede mostrar signos de dolor, gritos, retroceder o gruñir cuando se toca el área lesionada.
Motivo de preocupación
Una conmoción cerebral requiere atención médica rápida para garantizar que no ocurra un daño cerebral más grave, como una fractura de cráneo, hinchazón y sangrado. Los síntomas de una conmoción cerebral son similares a los de lesiones más traumáticas y requieren tratamiento inmediato. Las convulsiones y la pérdida del conocimiento son comunes en los casos de conmoción cerebral canina, pero también pueden estar presentes en lesiones cerebrales más graves. El letargo resultante de una conmoción cerebral en realidad puede convertirse en una debilidad o parálisis indicativa de un daño cerebral o cervical más severo.