Contenido
Las orejas del gato son algunas de las partes más sensibles del cuerpo del animal y los cambios de temperatura pueden ser inofensivos y preocupantes.
Temperatura del oído
Las orejas de un gato pueden parecer más cálidas o más frías que el resto del cuerpo. Antes de llamar a un veterinario, observe al animal.
¿Algo diferente?
Busque algún comportamiento extraño. Si el gato no come, no juega o no actúa con normalidad, puede que esté pasando algo. Otros síntomas son secreción nasal, ojos apagados, tos, estornudos o cambios en el uso de la caja de arena.
Si, hay cambios
Si hay cambios en el comportamiento del gato, como se describió anteriormente, además del cambio en la temperatura de la oreja, es una buena idea llamar al veterinario o llevar al animal a una consulta.
Factores externos
Si el gato se comporta con normalidad, el cambio de temperatura puede ser el resultado de cambios en la circulación sanguínea. Esto puede suceder al acostarse junto a un calentador, a un cuerpo humano caliente o al dormir sobre una oreja. Un oído puede estar frío si se sienta junto a una ventana de aire frío. Todas estas cosas pueden provocar cambios en la temperatura corporal, al igual que en los humanos. Las orejas del gato están más expuestas, por lo que reflejarán los cambios en la temperatura corporal antes que las otras partes.
Conclusión
A menos que haya otros síntomas presentes, las orejas calientes o frías de un gato suelen ser un cambio normal en la temperatura corporal. No necesita preocuparse.