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Las cafeterías sirven más que café. Son un punto de encuentro de ideas, artes y, para muchas personas, un hogar lejos del hogar. Además de vender la maravillosa bebida oscura, muchas tiendas ofrecen productos de panadería como dulces, pasteles y galletas como acompañamiento. El café es como el vino, dotado de una personalidad que coincide con ciertos tipos de alimentos. Centrar su selección de dulces en una variedad de artículos que combinen con una buena taza de café es la mejor manera de vender varios dulces en una cafetería.
Brioches y muffins
Prepare varias pastas dulces por la mañana. Los brioches de canela y nueces son algunas de las mejores opciones para acompañar un café. Los muffins, bastante populares en los Estados Unidos, ya se han ganado a los brasileños y muchos tienen bajas concentraciones de grasa. Es bueno tener al menos una opción con baja concentración de grasa. Algunos de los sabores más populares que acompañan al café son el arándano, la mora y el plátano con nueces. Suelen durar dos días a temperatura ambiente, así que dónelos o deséchelos después de 48 horas.
Panes
Los panes son un gran manjar para cualquier momento del día y van bien con el café. La variedad puede cambiar fácilmente con la época del año. Por ejemplo, puede servir pan de limón en primavera, pan de calabaza en otoño y pan de jengibre durante las vacaciones. Los panes son buenos por la mañana, por la tarde y por la noche. Puede servir panes dulces por la tarde y por la noche, como pan de chocolate, canela o plátano. Estos artículos también tienen una vida útil de dos días a temperatura ambiente, por lo que no los venda después de 48 horas.
Pasteles y tartas
Los pasteles de queso y los pasteles de chocolate son excelentes opciones para servir por la tarde y la noche. Mucha gente va a una cafetería a última hora de la tarde o temprano en la noche en busca de un postre para acompañar su café. La tarta de queso ofrece una excelente opción de postre. El chocolate es otro alimento que siempre acompaña al café. Ambos provienen de semillas y son tostados, por lo que comparten un sabor terroso y orgánico, que se complementan entre sí. La mayoría de los pasteles duran hasta dos días cuando se dejan sin tapar en una vitrina refrigerada.