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Cuando un perro tiene una infección bacteriana, existe el riesgo de que contraiga septicemia, que ocurre cuando la bacteria llega al torrente sanguíneo y produce toxinas que se propagan a los órganos vitales. Con el tiempo, todo el cuerpo del animal puede intoxicarse y puede producirse un shock séptico. Los perros con septicemia deben recibir tratamiento inmediato y, aunque muchos se recuperan con pocas o ninguna complicación, muchos mueren.
Factores de riesgo y prevención
La septicemia generalmente ocurre después de que los perros están expuestos a una enfermedad causada por un organismo, como las bacterias del género E. coli. El riesgo aumenta cuando los animales tienen un sistema inmunológico debilitado o una condición preexistente, como diabetes, problemas hepáticos, renales o del tracto urinario. La mejor manera de proteger a su perro es proporcionar un entorno lo más limpio posible libre de gérmenes.
Síntomas y diagnóstico
Esta enfermedad puede desarrollarse lenta o repentinamente y los síntomas varían de un paciente a otro. Sin embargo, deben tenerse en cuenta signos como escalofríos, fiebre, fatiga, depresión y problemas cardíacos. Si sospecha que su perro tiene septicemia, llévelo al veterinario de inmediato. Como los síntomas son similares a las enfermedades relacionadas con el sistema inmunológico, el médico ordenará varios análisis de sangre y un análisis de orina.
Tratamiento
El factor más importante para el tratamiento exitoso de la septicemia es un diagnóstico temprano. Es probable que se prescriban antibióticos agresivos y se deben observar signos de complicaciones. Entre las complicaciones más comunes se encuentran la reducción del azúcar en sangre, la caída de presión, el desequilibrio electrolítico y las infecciones. También es posible que tu perro no pueda comer solo, teniendo que ser alimentado por vía intravenosa.
Peligro para los humanos
Es posible que los humanos contraigan 'septicemia por mordedura canina' de perros infectados. Normalmente, las personas solo se verán perjudicadas por las bacterias si ya existe una predisposición, como la falta de bazo, un sistema inmunológico debilitado o el alcoholismo. Sin embargo, la septicemia por mordedura canina es mortal en un tercio de los casos y, por tanto, es fundamental buscar tratamiento inmediato.