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Las begonias pueden marchitarse por varias razones, aunque la más probable es la falta de agua. Antes de tirar la planta, intente guardarla. Las begonias son plantas relativamente fuertes y por lo general se recuperan en unos días, si se las cuida con un poco de amor.
Paso 1
Identifica la begonia. Hay más de 10,000 variedades pertenecientes a varias especies diferentes. Por tanto, las necesidades de cada uno son diferentes. Si hay una etiqueta con instrucciones de cuidado, examínela. De lo contrario, consulte una guía en línea o pregunte al personal de una floristería local para averiguar qué variedad de begonia tiene.
Paso 2
Toque la tierra de la maceta para determinar los niveles de humedad. Si está seco, agregue agua al platillo, reponiéndolo, y el agua se habrá absorbido en la olla. Si el suelo está demasiado húmedo, la begonia puede regarse en exceso. En ese caso, espere a que la tierra se seque antes de volver a regar o transfiera la planta a una nueva maceta con tierra más seca.
Paso 3
Levante las hojas con un lápiz para verificar si hay infestaciones. Las begonias son susceptibles a los ataques de insectos y hongos. Estos últimos se manifiestan como polvo en las hojas. Trate cualquier infestación con los productos adecuados. Por ejemplo, con una solución de detergente líquido y agua, trate pulgones, moscas blancas o mosquitos hongos (cuyas larvas atacan las raíces).
Paso 4
Examine las hojas para asegurarse de que la begonia esté recibiendo la cantidad correcta de luz, moviéndola si no es así. Si las hojas tienen rayas marrones, esto puede ser el resultado de demasiada luz solar. Si las hojas eran blanquecinas, es posible que la planta no reciba suficiente luz solar. En general, las begonias se desarrollan mejor cuando reciben mucha luz, siempre que no sea directamente.