Contenido
La lactosa es un tipo de carbohidrato que se encuentra fácilmente en la leche de los mamíferos. Es un disacárido o molécula de azúcar, compuesto por dos monosacáridos: glucosa y galactosa. Esta sustancia está presente en los productos lácteos que consumimos a diario, como la leche, el queso y la margarina. Además, puede estar presente en alimentos procesados, como productos precocinados, carnes y cremas. El consumo de lactosa ofrece beneficios para la salud, pero se debe tener cuidado para evitar ciertos riesgos. Conoce los efectos de este carbohidrato en el cuerpo humano.
Energía
Los carbohidratos son macronutrientes utilizados por el cuerpo como principal fuente de energía. Por tanto, la lactosa sirve como un excelente combustible para el desempeño de nuestras actividades físicas. Cuando el cuerpo lo digiere, los azúcares de glucosa y galactosa ingresan a las células, donde son metabolizados y transformados en energía. Además, el consumo de lactosa ahorra proteínas que, en lugar de ser utilizadas como fuente secundaria de energía, forman los músculos y realizan sus otras funciones de mantenimiento en el organismo.
Intolerancia
Antes de que el cuerpo pueda beneficiarse de la energía contenida en la lactosa, necesita realizar el proceso de digestión. El intestino produce una enzima llamada lactasa, responsable de procesar este carbohidrato. Sin embargo, es posible que las células intestinales de un individuo no produzcan esta enzima o la produzcan en una cantidad insuficiente para la digestión. Esta situación, conocida como intolerancia a la lactosa, puede causar varios problemas en el sistema digestivo. Los síntomas comunes incluyen dolor abdominal, distensión abdominal, náuseas y descomposición intestinal.
Deficiencia de vitaminas y minerales.
Una persona que sufre de intolerancia a la lactosa y desea eliminar los productos lácteos de su dieta puede tener deficiencia de calcio y vitamina D. El Boston Children's Hospital alienta a los niños con intolerancia a que continúen consumiendo productos lácteos en pequeñas cantidades para obtener estos nutrientes esenciales. Algunos pacientes pueden tolerar el yogur o algunos tipos de queso. Otras fuentes de calcio son las verduras y la vitamina D también se puede encontrar en el pescado, los jugos de frutas y los cereales.
Aumento de peso
Si la cantidad de calorías que ingerimos es mayor que la cantidad gastada por el cuerpo, el exceso se acumulará en forma de grasa. Por lo tanto, si consumimos más lactosa de la que necesitamos, el cuerpo convertirá los azúcares en ácidos lipídicos. A su vez, estos ácidos se irán acumulando en el tejido adiposo como reserva energética. Concluimos entonces que un consumo excesivo de este carbohidrato puede resultar en un aumento de peso, dependiendo del metabolismo en cuestión. El aumento de peso excesivo puede provocar obesidad, una condición que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2.
equilibrar
Para minimizar los efectos negativos de la lactosa, ajuste su dieta. Si tu consumo de lácteos te ha llevado a subir de peso, disminuye tu ingesta o aumenta tu nivel de actividad física. Las personas que padecen intolerancia a la lactosa pueden evitar problemas digestivos evitando los productos lácteos o tomando suplementos de lactasa antes de ingerirlos. Otra opción son los alimentos sin lactosa, que se modifican químicamente para facilitar la digestión en personas con este problema.