Contenido
La roya del tomate es un problema común en el jardín que se puede tratar con productos domésticos comunes. Muchos fungicidas que se venden están hechos específicamente para tratar la enfermedad, pero es posible erradicarla con su propio trabajo y algunos ingredientes simples. La roya del tomate se produce en condiciones de calor y humedad que, cuando son nocturnas, ayudan a proliferar y propagar la enfermedad.
Síntomas
La roya del tomate aparece inicialmente en las hojas inferiores de la planta, en forma de pequeñas manchas marrones. Las hojas se volverán amarillas y marrones a medida que avanza la enfermedad, y el follaje se marchitará y caerá de la planta. La ausencia de hojas permitirá que el exceso de luz queme los frutos, dañándolos. La oxidación es causada por el crecimiento de hongos, favorecido en climas húmedos.
Prevención
Las royas que afectan al tomate son tres: septoriosis foliar, mancha negra y tizón tardío. Todos crecen en condiciones de humedad y todos presentan síntomas de daño similares. La mejor forma de control es la prevención. Rote los cultivos con regularidad para prevenir enfermedades, que pueden ocurrir durante el invierno en el suelo. Cambie la ubicación de plantación de tomates anualmente, repitiendo el mismo espacio solo después de tres o cuatro años. Retire el tomate y otros restos que se hayan caído y deséchelos de inmediato. Al regar los tomates, riegue el suelo cerca de la base de la planta. El acto de verter agua y dejar el follaje húmedo favorecerá el crecimiento de hongos que favorece la oxidación. Riegue siempre por la mañana, dando tiempo a que las plantas se sequen al sol durante el día.
Control mecanico
Cuando se presenten síntomas de óxido, retire todas las hojas afectadas de inmediato para evitar que la enfermedad se propague. En lugar de descomponerlos, queme todas las partes infectadas de la planta. El óxido vive en el suelo y puede seguir afectando a las plantas incluso después del tratamiento. Si los síntomas persisten, retire los tomates afectados y trátelos con un fungicida casero.
Fungicida casero
Haz un fungicida casero con ingredientes comunes. Mezcle 2 1/2 cucharadas de aceite de cocina con 2 1/2 cucharadas de champú para niños en 4 litros de agua. Agite bien la mezcla antes de agregar 2 cucharadas de bicarbonato de calcio. Coloque la solución en una botella rociadora y rocíe el follaje de tomate directamente para eliminar el óxido. El fungicida debe rociarse en ambos lados de las hojas. Vuelva a aplicar la mezcla cada cinco a siete días hasta que desaparezcan todos los síntomas.