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Hay más de 250 especies de aloe vera en todo el mundo, muchas de ellas nativas de África. Varían en tamaño, desde pequeñas que no crecen más de 2,5 cm hasta plantas enormes de varios metros de diámetro. El aloe vera, también conocido como aloe vera, es una planta semitropical y muchas tienen propiedades medicinales. Algunos aloe vera más viejos pueden florecer, en cuyo caso producen tallos altos con flores de color rojo rosado en las puntas. Si las hojas de tu aloe vera están muriendo, puede haber varias razones, pero con un poco de cuidado y paciencia, la planta se puede salvar.
Paso 1
Cambia la ubicación de tu aloe vera. Debe estar en un lugar de luz solar indirecta o filtrada. La luz directa hará que las hojas se vuelvan marrones.
Paso 2
Restrinja la cantidad de veces que riega la planta. El aloe vera es una suculenta y tiene reserva de agua en las hojas, pudiendo pasar mucho tiempo sin agua. Si las hojas se vuelven marrones y blandas, debe haber regado demasiado. Deje que la tierra se seque por completo y luego riéguela suavemente. Deje siempre secar la tierra antes de volver a regar.
Paso 3
Si las hojas de su aloe son marrones y blandas, es posible replantarlo en una mezcla de tierra con mayor drenaje. La mejor tierra para plantar es la mezcla comercial de cactus y suculentas. Si no puede encontrarlo, puede mezclar seis partes de perlita y cuatro partes de abono común para plantar.
Paso 4
Si las hojas muertas están arrugadas, marrones y retorcidas, significa que la planta no está recibiendo suficiente agua y está usando su propia reserva. Riegue el aloe vera hasta que la tierra esté húmeda y continúe regando ligeramente hasta que las hojas se estiren nuevamente. Cualquier hoja dañada que persista de esta manera debe eliminarse con cuidado.