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A todos se nos instruyó que comiéramos zanahorias para ver mejor o col rizada para tener una sangre sana, pero ¿cómo sabemos que ciertos alimentos son tan importantes para nuestra salud? La respuesta está en la química de la nutrición. El organismo humano es un complejo de sistemas independientes, cada uno de los cuales opera a partir de sustancias proporcionadas por los alimentos. Nuestra salud no solo depende de nuestra elección de alimentos, nuestras vidas dependen de proporcionar el combustible adecuado para las reacciones químicas que desarrollan y sostienen nuestros cuerpos.
Identificación
La dieta es lo que comemos y la ciencia de la nutrición estudia cómo la usa nuestro cuerpo. Los alimentos proporcionan nutrición directa (como en el caso de las proteínas que forman los tejidos) o indirecta (como ciertas enzimas que desencadenan procesos metabólicos), y todas ellas están sujetas a reacciones químicas en el proceso digestivo. Identificar las sustancias beneficiosas para el cuerpo, y la cantidad necesaria, puede ayudar a las personas a sentirse mejor y vivir más tiempo. Los nutricionistas evalúan la química corporal para identificar estos nutrientes, así como aquellos que pueden dañar el cuerpo o interferir con la acción efectiva de otros.
Historia
La ciencia de la nutrición se originó con los griegos, quienes se dieron cuenta de que ciertos alimentos contenían elementos que beneficiaban al organismo, ya que las personas sanas generalmente comían los mismos grupos de alimentos. El estudio científico de la nutrición comenzó con el químico francés Lavoisier, quien desarrolló el concepto de metabolismo, el proceso químico que proporciona la energía que mantiene el funcionamiento del cuerpo. Durante el siglo XIX, los químicos estudiaron la composición y función de los minerales y grasas en los alimentos y estabilizaron la ciencia nutricional. A principios del siglo XX, estudiantes universitarios estadounidenses como Johns Hopkins ayudaron a desarrollar esta ciencia más allá de la simple investigación química. A mediados del mismo siglo, la mayoría de las vitaminas ya habían sido identificadas y las organizaciones gubernamentales ya tenían suficiente información para revelar los requisitos mínimos necesarios para nutrientes específicos. Hoy en día, esta ciencia continúa mejorando el papel de los nutrientes, especialmente los oligoelementos, compuestos que parecen beneficiosos, pero para los que aún no se ha establecido la cantidad mínima necesaria, y compuestos que parecen afectar la química cerebral. La ingeniería alimentaria y la nanotecnología se están desarrollando para mejorar el valor nutricional de los cultivos, ayudando a la agricultura.
Ocupación
Todos los alimentos contienen sustancias que forman los compuestos que conocemos como vitaminas, carbohidratos, grasas y proteínas. Elementos como el cromo, cobre, yodo, hierro, manganeso y zinc se denominan oligoelementos y proporcionan materia prima para la producción de sangre, huesos y nervios, o desencadenan la producción de hormonas, anticuerpos o sustancias químicas en el sistema inmunológico. Los carbohidratos y las grasas proporcionan materia prima para la producción de energía, capas aislantes alrededor de los órganos vitales y amortiguación de la piel.
Consideraciones
Los químicos y nutricionistas han descubierto que el valor de las vitaminas, minerales y otros nutrientes no está determinado simplemente por las sustancias que contienen, sino por las combinaciones y formas de los nutrientes químicos que están presentes en los grupos de alimentos. Siempre es preferible llevar una dieta bien equilibrada a tomar suplementos vitamínicos químicos. A medida que continúa la investigación en química de los alimentos, se identifican nuevos nutrientes (y nuevas funciones para los más antiguos) y se publican nuevas pautas. El Departamento de Agricultura de EE. UU. Publica revisiones periódicas.
Conceptos erróneos
Puede terminar ingiriendo grandes cantidades de una buena sustancia. Demasiado calcio sin la vitamina D necesaria para metabolizarlo a hueso es inútil. Ciertos compuestos pueden causar problemas si se toman en grandes dosis o interactúan negativamente entre sí. En grandes dosis, las vitaminas A, B, B12, C, D y E tienen posibles efectos adversos. Asegúrese de conocer las consecuencias químicas antes de tomar una sobredosis de cualquier suplemento.