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El óxido es un signo común de desgaste, desgaste y efectos climáticos en los metales. Químicamente, es causado por la oxidación que se produce cuando el oxígeno del aire reacciona con una superficie metálica, como el hierro. Aunque es un proceso natural, el óxido puede dañar o inutilizar las latas y otros artículos.
Factores que aceleran la oxidación
Algunos factores ambientales pueden generar óxido, por ejemplo, algunas personas usan estos factores para acelerar el proceso con fines estéticos. La exposición al aire (específicamente, al oxígeno en el aire) es la principal causa de oxidación, por lo que el metal que está constantemente expuesto al aire libre (por ejemplo, un martillo que se deja fuera de la caja) se oxidará más rápido. La sal y el agua salada también aceleran la oxidación. Para ralentizar este proceso, algunos metales se recubren con una fina capa de sustancia resistente a la oxidación (como el estaño). Por el contrario, la ausencia de dicha protección puede hacer que los objetos metálicos se oxiden más rápidamente.
Acero
El acero es una de las aleaciones metálicas más duraderas y útiles, pero aún es propenso a oxidarse. El acero inoxidable está recubierto con una mezcla especial de cromo, silicio, carbono y níquel. Sin este recubrimiento, se oxidará rápidamente, ya que la reacción con el agua y el aire forma un hidróxido en la superficie, reconocible como óxido.
Latón
El latón, compuesto de cobre y zinc, también es propenso a la oxidación. Por esta razón, es mejor utilizarlo para fines interiores (como candelabros). Sin embargo, a menudo se recubre con una aleación de metal que lo protege de la corrosión.
Planchar
El hierro también es propenso a oxidarse. El oxígeno se une a los átomos de hierro y forma óxido de hierro. La mayoría de las latas no están hechas de este material, pero los elementos que contiene se oxidarán rápidamente.