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Todos sabemos que fumar provoca hipertensión arterial, problemas cardíacos, manchas en la piel y los dientes y, además, graves daños en los pulmones. De hecho, fumar es tan dañino para los órganos que los fumadores tienen un alto riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón mortal. Afortunadamente, incluso en los casos de fumadores de mucho tiempo, el tejido pulmonar comienza un proceso de regeneración cuando se abandona el cigarrillo. Esto significa que, aunque los fumadores son más susceptibles al cáncer de pulmón, pueden reducir drásticamente este riesgo al dejar de fumar.
Arañazos
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El caso es que los cigarrillos contienen muchas sustancias nocivas, además de carcinógenos, y cuando los eliminas del cuerpo, tu cuerpo puede funcionar de manera más adecuada y comienza un proceso de regeneración. Está comprobado que las personas comienzan a sentir los beneficios para la salud casi inmediatamente después del último cigarrillo. En 20 minutos, la presión arterial y la frecuencia cardíaca vuelven a la normalidad, y en 24 horas, las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco disminuyen. En no más de 72 horas, los bronquios comienzan a relajarse. Esto permite una respiración más fácil y aumenta la capacidad pulmonar.
¿Qué más?
Los cigarrillos, literalmente, pudren los pulmones, predisponiéndolos a infecciones y cáncer. Después de que deje de fumar y los cilios pulmonares comiencen a regenerarse, dentro de uno a diez meses, la mucosidad en sus pulmones aumentará de volumen, limpiando sus pulmones. Este aumento puede provocar tos en personas que han dejado de fumar recientemente. De hecho, muchos exfumadores recientes pueden sentir que sus afecciones pulmonares están empeorando. Sin embargo, toda esta tos es en realidad una buena señal. Después de todo, las sustancias nocivas que se acumulan en los pulmones deben ir a alguna parte.
Se ha dicho que si el daño a los pulmones de los fumadores estuviera en la parte externa del cuerpo, nadie volvería a fumar otro cigarrillo. Probablemente esto sea cierto. La mayoría de los fumadores simplemente no ven los pulmones podridos que llevan y no tienen idea de cuán grande es el problema hasta que comienzan a toser moco negro. Afortunadamente, nuestros cuerpos fueron hechos para curarnos de este daño. Lo único que tenemos que hacer para facilitar este proceso es eliminar el humo venenoso que proviene de los cigarrillos.
