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Castrar a un perro es una de las cosas más importantes que puede hacer por él. No solo inhibe hábitos indeseables, como la marcación territorial y la agresión, sino que también aporta beneficios a la salud, como la prevención del cáncer de testículo y próstata y la reducción de accidentes por la disminución del interés por deambular por las calles en busca de un compañero. La operación es sencilla y tarda unos 30 minutos o menos. Existen algunas complicaciones en relación con la cirugía en sí, la mayoría de las cuales surgen durante la recuperación.
Neumonía por aspiración
Inmediatamente después de la cirugía, el animal estará en recuperación para que desaparezcan los efectos de la anestesia y para que se le administren analgésicos. La principal complicación durante esta fase es posiblemente la neumonía por aspiración. El perro no puede proteger adecuadamente las vías respiratorias bajo la influencia de fármacos anestésicos, por lo que cualquier líquido, como la saliva o el contenido del estómago, puede inhalarse accidentalmente en los pulmones y provocar una infección. Un equipo entrenado debe ayudar al perro en recuperación para evitar que esto suceda. Los animales deben ser monitoreados hasta diez días después de la cirugía para detectar signos de neumonía como letargo, pérdida de apetito y tos.
Efecto rebote de la anestesia
Otra complicación que a veces surge en la fase de recuperación es lo que se conoce como efecto rebote. A medida que el cuerpo del perro continúa eliminando medicamentos del sistema, puede volver a un estado anestesiado. Es importante que, tras despertarse de la anestesia, el perro no ingiera comida ni agua durante varias horas para evitar asfixia. Este fenómeno puede ocurrir hasta 48 horas después de la cirugía.
Hipotermia
La hipotermia es otra consideración durante el período de recuperación inmediatamente después de la castración. El perro debe mantenerse a cubierto y la temperatura debe controlarse periódicamente para evitar esta complicación. En general, las fuentes de calor externas no son necesarias a menos que el perro sea pequeño o sufra de una enfermedad subyacente que le impida generar suficiente calor para mantenerse caliente. Quienes se vayan a casa el mismo día de la cirugía deben permanecer adentro para evitar la hipotermia, incluso durante los meses de verano.
Infección
Una infección es siempre un riesgo en cualquier tipo de cirugía. La probabilidad de desarrollar una infección posoperatoria se minimiza por el hecho de que la cirugía se realiza en un ambiente estéril. La infección posquirúrgica generalmente surge después de que el perro regresa a casa y no se controla adecuadamente para evitar que se rasque o lama excesivamente el sitio de la incisión. El tratamiento con antibióticos orales y el cuidado adecuado de las heridas resuelven las infecciones rápidamente.
Otras Consideraciones
Los perros que han sido castrados deben mantenerse fuera del agua, para que no puedan bañarse ni nadar durante los próximos diez días después de la operación. Normalmente, no se imponen restricciones físicas y muchos perros actúan como si nada. Se debe desalentar a los animales de lamer o rascarse el sitio de la incisión. Se recomienda que los propietarios examinen el sitio diariamente en busca de signos de infección o heridas. Si hay suturas externas en el perro, deben retirarse dentro de siete a diez días.
