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El sistema cardiovascular es controlado por mecanismos internos del cuerpo. Sin embargo, factores externos pueden provocar cambios en la frecuencia cardíaca o causar la dilatación o la constricción de los vasos sanguíneos. En circunstancias normales o estresantes, los factores internos que regulan el sistema cardiovascular interactúan con otras partes del cuerpo para determinar las respuestas apropiadas.
Los estímulos externos hacen que los mecanismos internos alteren la frecuencia cardíaca y la presión arterial (Heart beat chart image by Sophia Winters from Fotolia.com)
Factores internos
Internamente, el sistema cardiovascular es controlado por tres vías principales. La autorregulación es el medio normal por el cual el cuerpo regula la frecuencia cardíaca. Si el flujo sanguíneo a un órgano o tejido es disminuido u obstruido, el cuerpo trabaja por su cuenta para, en cuestión de minutos, corregir este problema. Si esta acción no tiene éxito, el cuerpo asume otras dos vías. Las hormonas se secretan en el torrente sanguíneo cuando los cambios a largo plazo son necesarios en la circulación, como ocurre cuando el cuerpo desvía la sangre a los tejidos con mayor demanda, rompiendo una embolia o estimulando el desarrollo de células de la sangre. La integración neural y los receptores desempeñan un papel activo en las alteraciones cardiovasculares a corto plazo. Los barorreceptores detectan cambios en las presiones arterial y venosa. Los quimiorreceptores detectan cambios en la química de la sangre - factores como el pH y la saturación de oxígeno. Todos los mecanismos internos del control cardiovascular actúan en respuesta a estímulos externos.
Factores externos
El sistema cardiovascular regula el flujo sanguíneo a los tejidos según las necesidades durante diferentes situaciones externas. Bajo altos niveles de estrés, la secreción hormonal hace que la sangre sea desviada hacia los músculos y lejos de otros tejidos inmediatamente menos importantes. Además, los barorreceptores en los vasos sanguíneos causan su dilatación o constricción dependiendo de los tejidos que alimentan. Son varias las situaciones de estrés. Cuando una persona está en peligro, realiza ejercicios o tiene relaciones sexuales, su frecuencia cardíaca es elevada. En situaciones de peligro y durante la práctica de actividades físicas la sangre es desviada hacia los músculos esquelético y cardíaco y el flujo sanguíneo hacia órganos como el estómago y los intestinos disminuye. El sueño es otro factor externo que altera la función cardiovascular, así como el condicionamiento físico del individuo. Ambos causan una disminución en la frecuencia cardíaca; sin embargo, la disminución durante el sueño es sólo temporal.
enfermedad
La enfermedad es otro factor que afecta la regulación de la función cardiovascular. El grado de interferencia depende del tipo de enfermedad. Condiciones como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la enfermedad arterial coronaria causan el aumento general de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial de reposo. Algunas arritmias pueden causar una disminución peligrosa de la frecuencia cardíaca de reposo. Las infecciones causadas por virus o bacterias también pueden causar cambios graves y de larga duración en la función cardiovascular.