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Es un placer oír a sus alumnos dar respuestas bien articuladas a las solicitudes hechas en el aula, pero desarrollar esta habilidad requiere práctica. Usted puede aumentar la capacidad de lenguaje expresivo de ellos, ofreciendo oportunidades frecuentes para verbalizar pensamientos, sentimientos e intereses. Tanto la escuela como la vida dependen fuertemente del lenguaje expresivo. Al desarrollarla, usted estará preparando a sus alumnos para el éxito.
Aprender a articular pensamientos y sensaciones es una habilidad importante (Jupiterimages / Brand X Pictures / Getty Images)
Respuesta a la lectura
Una de las maneras más accesibles para mejorar el lenguaje expresivo es a través de la respuesta a la lectura en el aula. Esto puede asumir muchas formas. Lea parte de una historia en voz alta, parando para pedir a sus alumnos que reflexionen y respondan a las preguntas, empezando con quién, qué, dónde, por qué y cómo. Incentive a formar opiniones. Pídales que recuerden una historia, enfocándose en componentes como enredo, personajes y escenario. Los niños más jóvenes disfrutan de una historia con títeres o a través de pequeñas piezas.
Expansión y elaboración
Durante todo el día, fortalezca las habilidades de lenguaje expresivo de los alumnos con dos técnicas simples conocidas como "expansión" y "elaboración". La expansión es la práctica de tomar la frase incorrecta de un niño y pronunciarla de vuelta como una sentencia adecuadamente formada. Por ejemplo, cuando un niño dice: "Yo no voy a terminar eso ahora, usted responde:" Oh, no vas a terminar eso? " La elaboración le pide que refleja de vuelta una frase debidamente formada, rellenando con informaciones adicionales. En esta situación, usted puede responder: "Ah, usted no va a terminar eso? Parece una buena idea, usted tendrá tiempo para trabajar con eso más tarde".
Dando orientaciones
Dar orientaciones es más una oportunidad de hablar para desarrollar habilidades de lenguaje expresivo. Pida a los alumnos que guíen para jugar un partido en el descanso, resolver un problema de matemáticas o realizar una rutina de clase común, como prepararse para el almuerzo. Su objetivo es hacer que los alumnos se sientan cómodos con la expresión verbal. Para un enfoque humorístico, tomar un pan no rebanado, un cuchillo y un bote de mantequilla de maní. Pida a los estudiantes que le guíen sobre cómo hacer un sándwich de mantequilla de maní, y haga exactamente lo que digan. Si ellos guiar a cortar el pan por la mitad, haga.
Contando historias
Consiga tiempo para contar historias imaginativas. La naturaleza abierta de la actividad quita la presión del alumno de proporcionar la respuesta correcta, invoca su expresión de humor y proporciona un tiempo para cada niño hablar. Un enfoque es dar a cada alumno pequeños objetos o imágenes (animales, personas y objetos naturales) y usarlos en una historia improvisada. Usted comienza la historia con algo como: "Ayer por la noche tuve un sueño extraño sobre un dinosaurio", y pide a cada estudiante añadir a la historia una frase que contenga su objeto.