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El amoníaco doméstico es un producto versátil que ayuda a combatir muchas tareas alrededor de la casa. En vez de sobrellevar sus estantes con productos de limpieza especializados, una botella de amoníaco puede ser usada para hacer soluciones que son apropiadas para todas las tareas domésticas difíciles.
El amoníaco doméstico es una adición útil para los suministros de limpieza (Cleaning materials image by TekinT de Fotolia.com)
historia
El hombre tiene conocimiento del amoníaco desde la antigüedad - el autor romano Pliny puede haberse referido a él. Una forma de amoniaco líquido hecha de orina fermentada era usada para teñir las vestiduras en la edad media. Hasta 1897, Sears, Roebuck & Co. enumeraron el amoníaco en su catálogo de utensilios domésticos. A principios del siglo XX, los químicos alemanes sintetizaron el amoníaco del nitrógeno en el aire y lo usaron para hacer explosivos. También fue utilizado como un refrigerante antes de la introducción del Freón y otros clorofluorocarbonos y es un componente importante de la mayoría de los fertilizantes actuales.
propiedades
El amoníaco doméstico es una solución acuosa basada en nitrógeno y un líquido cáustico que exhala un vapor punzante. Se trata de 5 a 10% de hidróxido de amonio (NH3) en agua, a menudo con detergentes añadidos y también es posible añadir agentes de clarificación.
limpieza
El amoníaco doméstico se puede diluir con agua para hacer un limpiador de ventanas que no raya el cristal. También se utiliza para hacer soluciones de limpieza para pisos, paredes, duchas, balcones, cocinas de mesa y aparatos. Moho, marcas de zapatillas, manchas y algunas manchas difíciles en ropa y alfombras pueden ser removidas con él.
repelente
Cubrir las latas de basura o los jardines con amoniaco evitará que los perros y los mapaches se mueven en ellas. Un tratamiento de amoníaco también puede prohibir las trazas de armarios y cajones de ropa.
precauciones
No permita que el amoníaco doméstico entre en contacto con los ojos o se mantenga en contacto prolongado con la piel. Evite respirar vapores de amoniaco y usar siempre el producto en un área bien ventilada. El amoníaco doméstico es una cáustica que puede dañar algunos tipos de plásticos y caucho. Nunca mezcle amoniaco y lejía, ya que esto libera gases tóxicos de cloro. Por lo tanto, tenga cuidado de no permitir que el amoníaco doméstico se mezcle con productos de limpieza de baño y azulejos que contengan lejía.